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Domingo VI del tiempo ordinario // Mc 1,40-45 Códice Beza

Foto de Austin Ban en Unsplash

(013 410 723) Mc 1,40-45 Códice Beza

1,40 Acude a él un leproso pidiéndole con insistencia:[a] «Si quieres,[b] puedes declararme puro.» 41 Airado,[c] extendió la mano, lo tocó y le dice: «¡Quiero, purifícate!» 42 Inmediatamente se alejó de él la lepra, y se purificó. 43 Se abalanzó sobre él,[d] directamente lo expulsó 44 y le dice: «Mira de no decirlo a nadie; al contrario, vete, muéstrate tu mismo al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés, para que tengan una prueba.» 45 Pero él, al salir, comenzó a pregonar y a divulgar aquel dicho, hasta el punto que ya no podía él públicamente entrar en ninguna ciudad; sino que permanecía a fuera, en lugares desiertos. Però acudían a él de todas partes.

Jesús se aira y expulsa al leproso que lo quiere comprometer

El relato es desconcertante: «Acude a él un leproso.» Un enfermo de lepra tenía prohibido acercarse a nadie. El nuestro no es un enfermo físico de lepra; ha sido declarado leproso para que no propagara a los otros su ideología contraria a la Ley judía. Acude a él porque sabe muy bien que Jesús no cree en la Ley de la impureza legal. Bastaría con no considerarse impuro, pero quiere que Jesús lo certifique. Por eso le pide con insistencia: «Si tu quieres, puedes declararme puro.» Es un discípulo que sabe como piensa Jesús y pretende comprometerlo ante la institución religiosa. De aquí la reacción airada de Jesús contra él: «Airado, extendió la mano, lo tocó y le dice: “¡Quiero, purifícate!”». El texto usual ha cambiado benévolamente el verbo airarse por compadecerse, considerando que no era adecuado que Jesús hiciera uso de la ira divina ante un enfermo leproso. El sentido profundo de la escena queda así aguado. No se entiende entonces que Jesús «se abalanzase sobre él y directamente lo expulsase» de su comunidad. La duríssima reacción de Jesús solo tiene sentido si se trata de uno de sus discípulos que había pregonado por todas partes que Jesús no observaba la Ley, como de hecho lo evidencia su gesto de extender la mano y tocarlo. No obstante esto, Jesús no quiere que se divulgue su gesto e intenta evitar la confrontación con las autoridades religiosas: «Mira de no decirlo a nadie; al contrario, vete, muéstrate tu mismo al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que prescribió Moisés, para que tengan una prueba.» El ex-leproso no hará caso alguno de la cautela del Maestro e irá pregonando y divulgando aquel dicho. En consecuencia, ahora será Jesús quien no podrá entrar públicamente en ninguna ciudad y tendrá que permanecer a fuera, en lugares desiertos, como si fuese él un leproso. Pero la gente «acudían a él de todas partes». Notemos el uso de la misma construcción, acudir a, que abre y cierra la escena. El leproso ha conseguido lo que pretendía, pero las personas libres han comprendido el sentido del gesto de Jesús.

Comentario bíblico:
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista


[a] La lección del Sinaítico, «puesto de rodillas», avalada por el Alejandrino y varios mss., pero omitida tanto por el Códice Beza como por el Vaticano, figura entre corchetes en el texto de NA28. El leproso, no solo no se ‘arrodilla’ ante Jesús, sino que se atreve a pedirle con desenvoltura, según Beza, «Si quieres, puedes declararme puro.»

[b] Beza, avalado por el minúsculo 1424, retiene el pr. indicativo, mientras que el resto de códices usan el pr. de subjuntivo, «Si quisieras».

[c] Tan solo el Códice Beza, si bien avalado por algunas de las más antiguas versiones latinas, conserva aquí el verbo, orgizô, «airarse, encolerizarse», factitivo del substantivo, orgê, «ira», mientras que el texto usual lo cambia por splagnizô, «compadecerse». Un caso parecido se presenta en Lc 6,10, donde el texto usual elimina la locución «con ira».

[d] Hay una ligera diferencia entre el verbo usado por el Códice Beza, embrithô, «precipitarse con violencia sobre alguien», y el verbo deponente de la misma raíz, embrimaomai, del texto usual, «resoplar (como hacen los caballos), enfurecerse contra alguien». Esta variante textual no ha sido reseñada en la edición crítica de Nestle-Aland.

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