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Domingo III de Cuaresma // Jn 2,13-25 Papiro 66 y Códice Sinaítico

Imagen de Steve Norris en Pixabay

(016 413 726) Jn 2,13-25 Papiro 66 y Códice Sinaítico[a]

2,13 Se acercaba la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerosólima. 14 Encontró en el Templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los canvistas de monedas que estaban sentados, 15 y habiendo hecho como[b] un látigo de cuerdas, a todos[c] los expulsó del Templo, tanto a las ovejas como a los bueyes, desparramó las monedas de los canvistas y volcó las mesas, 16 y a los vendedores de las palomas les dijo: «¡Quitad eso de ahí! ¡Dejad de hacer de[d] la casa de mi Padre una casa de negocios!». 17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: «El celo por tu casa me consumirá.»[e]

18 Los Judíos entonces replicaron y le dijeron: «¿Qué señal nos muestras para obrar así?». 19 Jesús respondió y les dijo: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.» 20 Los Judíos le contestaron: «En cuarenta y seis años fue construido este Santuario, ¿y tú lo quieres levantar en tres días?» 21 Pero él se había referido al santuario que era su cuerpo. 22 Cuando, pues, se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto, y dieron fe a la Escritura y al dicho que Jesús había proferido.

23 Mientras estaba en Jerosólima, por la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su nombre al contemplar las señales que hacía; 24 pero el mismo Jesús no se los creía por el hecho de que los conocía a todos 25 y porque no tenía necesidad de que nadie testimoniase sobre el hombre, puesto que él conocía lo que hay en el hombre.

Habiendo hecho como un látigo de cuerdas, a todos los expulsó del templo, tanto a las ovejas como a  los bueyes

El autor nos informa que «se acercaba la Pascua de los Judíos», distanciándose claramente de ellos, y que Jesús subió a la ciudad de «Jerosólima», y no a Jerusalén en sentido sagrado. En su cualidad de Mesías debía tomar posesión del Templo, pero encontró la casa de su Padre convertida en una «casa de mercado». Toda la escena está impregnada de sentido simbólico: Jesús «hizo como un látigo de cuerdas», para que no se interpretase a la letra, y «a todos los expulsó del Templo», como fue expulsado Adán del Paraíso, «tanto a las ovejas como a los bueyes», personificando sobre todo a las ovejas, cosa que recalcará más adelante cuando entre por la puerta al atrio de las ovejas, jugándose la vida, las llamará por su nombre y las sacará fuera del Templo: «cuando las haya expulsado a todas, va delante de ellas y las ovejas le siguen» (Jn 10,3-4). Los dirigentes judíos le exigen la señal que lo acredite como a Mesías de Israel. Pero Jesús les responde: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.» Los Judíos lo interpretan del Templo material: «En cuarenta y seis años fue construido este Santuario, ¿y tú lo quieres levantar en tres días?», pero Jesús, como muy bien precisa el autor del libro, «se había referido al Santuario que era su cuerpo», substituyendo el Templo por su cuerpo humano. Sus discípulos, a quienes indirectamente se alude, recordaron que estaba escrito: «El celo por tu casa me consumirá» (Sl 68,10), pero tan solo comprenderán el sentido cuando Jesús se haya levantado de entre los muertos y entonces «darán fe a la Escritura y al dicho que Jesús había proferido». Durante su estancia en Jerosólima, «muchos creyeron en su nombre al contemplar las señales que ha­cía», como la que había hecho en el Templo, pero él no se deja instrumentalizar, porque conoce a fondo los motivos inconfesables por los cuales le habían dado la adhesión; no tenía necesidad de que le hiciesen declaraciones sobre las aspiraciones o tendencias del hombre: «él, en efecto, conocía lo que hay en el hombre».

Comentario bíblico:
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista


[a] Por no disponer del Códice Beza en este punto, me he servido del P66, un papiro de mediados del siglo segundo, y del Códice Sinaítico. P66 fue encontrado cerca de Nag Hammadi, en Egipto, y perteneció a un monasterio pacomiano. Fue corregido posteriormente por un corrector oficial que se sirvió de otro ejemplar de tipo alejandrino. En los primeros capítulos, el Códice Sinaítico es muy cercano al Códice Beza.

[b] Sigo la variante hôs, «como», Papiros 66-75, varios mss. unciales y cursivos, antiguas versiones latinas y Orígenes, por defecto del Códice Beza, que le confiere sentido metafórico.

[c] El adjetivo griego substantivado, pantes (en masculino), no concuerda con ta probata (neutro pl.). Las ovejas quedan así personificadas.

[d] La prohibición en imperativo presente veda la continuación de la acción.

[e] El Salmo 68 (69) lxx es una lamentación atribuida a David; el v. 10 contiene un elemento de cariz psicológico: «El celo por tu casa me ha consumido y las burlas de los que se burlan de ti han caído sobre mí.» Nuestro autor lo pone en tiempo futuro. Dos veces se afirma, en tiempo pasado, que «sus discípulos se acordaron de que estaba escrito» (v. 17) y «que había dicho eso» (v. 22), haciendo referencia explícita, la segunda vez, al tiempo de después de la resurrección de Jesús.


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