
(703 547) Mt 21,28-32 Códice Beza
(Jesús interpela en el Templo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:)
21,28 «¿Qué os parece?[1] Dos hijos tenía un hombre. Acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.” 29 Él respondió: “No quiero.” Pero, más tarde, se arrepintió y fue a la viña. 30Acercándose al otro, le dijo lo mismo. Pero él respondió diciendo: “Yo, señor, voy allí en seguida.” Y no fue. 31 “¿Cuál de estos dos, les pregunta, hizo la voluntad del Padre?”. Le responden: “El último.”»[2] Jesús les dice: «En verdad os digo que los recaudadores de tributos y las prostitutas os toman la delantera en el Reino de Dios. 32 Porque vino Juan hasta vosotros por el camino de la justicia, y no creísteis en él, mientras que los recaudadores y las prostitutas creyeron en él. Vosotros, sin embargo, al verlo, ¿acaso os habéis arrepentido más tarde hasta creer en él?».[3]
¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad del padre, el primero o el último?
Una perícopa muy breve, de la que tenemos tres versiones, indicio de que a lo largo de su transmisión se han introducido correcciones deliberadas que han cambiado el sentido. Como siempre, sigo la versión del Códice Beza, y no el usual, que se basa hoy en el Sinaítico y no, como de costumbre, en el Vaticano. Los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo habían requerido a Jesús para que les dijera con qué autoridad actuaba, y éste les habría hecho una contrapregunta; si la respondían, les diría cómo actúa él: «El bautismo de Juan ¿era del cielo u obra de los hombres?». Dándose cuenta de que si respondían que era obra de Dios, les objetaría: «¿Por qué no le creyeron?» y que si decían que era cosa humana, se exponían al rechazo del pueblo, respondieron que no lo sabían. Hoy Jesús nos invita a reflexionar: «¿Qué os parece? Dos hijos tenía un hombre. Acercándose al primero le dijo: “Hijo, ve hoy, trabaja en la viña.” Él respondió: “No quiero.” Más tarde, sin embargo, se arrepintió y fue a la viña. Acercándose al otro dijo lo mismo. Él, sin embargo, respondió diciendo: “Yo, señor, voy allí en seguida.” Y no fue. “¿Cuál de estos dos, les pregunta, hizo la voluntad del Padre?”. Le responden: “El último.”». Según esto, los dirigentes judíos habrían admitido que habían secundado la voluntad de Dios solo de boquilla, pero que de hecho no habían ido a trabajar a la viña. De esta manera habrían salvado el tipo, afirmando que desde un principio ellos, los representantes de Israel habían aceptado plenamente la Torá, si bien, debido a la fragilidad humana, le habrían sido infieles. Jesús no se muerde la lengua: «En verdad os digo que los recaudadores de tributos y las prostitutas os toman la delantera en el Reino de Dios. Porque vino Juan hasta vosotros por el camino de la justicia, y no creísteis en él, mientras que los recaudadores y las prostitutas creyeron en él.» Y de inmediato remacha el clavo: «Vosotros, sin embargo, al verlo, ¿por ventura os habéis arrepentido más tarde hasta creer en él?». No hay más preguntas.
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista
[1] Parábola de los dos hijos, en tres versiones diferentes:
| Códice Beza «¿Qué os parece? Dos hijos tenía un hombre. Acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.” Él respondió: “No quiero.” Pero, más tarde, se arrepintió y fue a la viña. Acercándose al otro, le dijo lo mismo. Pero él respondió diciendo: “Yo, señor, voy allí en seguida.” Y no fue. “¿Cuál de estos dos, les pregunta, la voluntad del Padre hizo?”. Le responden: “El último.”» | Códice Sinaítico «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy, trabaja en la viña.” Él respondió: “No quiero.” Pero, más tarde, se arrepintió y fue. Acercándose al otro, le dijo lo mismo. Pero él respondió diciendo: “Yo, señor, voy allí.” Y no fue. “¿Cuál de estos dos, les pregunta, hizo la voluntad del Padre?”. Le responden: “El primero.”» | Códice Vaticano «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy, trabaja en mi viña.” Él respondió: “Yo, señor, voy allí.” Y no fue. Acercándose al segundo, le dijo lo mismo. Pero él respondió diciendo: “No quiero.” Pero, más tarde, se arrepintió y fue. “¿Cuál de estos dos, les pregunta, hizo la voluntad del Padre?”. Le responden: “El postrero.”» |
[2] El Códice Beza, avalado por las antiguas versiones latinas y siríacas, lee: «El último», que representa, en cuanto a hijo menor, Israel, dispuesto desde un principio a secundar la voluntad de Dios, a pesar de que después no fue fiel a ella; «el primero», en cambio, representaría a todas las naciones paganas, excepto Israel, que si bien en un principio se negaron en redondo a ir a trabajar en la viña, después se lo repensaron y fueron. El texto oficial que leeremos hoy, basado esta vez en el Códice Sinaítico y en buena parte de los mss. unciales y minúsculos, lee: «El primero», considerando que Israel, representado aquí per los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo (21,23), a pesar de que en un principio se había negado a ir a la viña, más tarde se lo repiensa y fue, mientras que el segundo hijo, que representaría a las naciones paganas, dijeron solo de boquilla que iban, pero no fueron a trabajar nunca en la viña. Finalmente, el Códice Vaticano, que generalmente lleva la voz cantante, con unos cuantos mss., invierte del todo el orden de la frase: «Acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy, trabaja en mi viña.” Él respondió: “Yo, señor, voy allí.” Y no fue. Acercándose al segundo le dijo lo mismo. Pero él respondió diciendo: “No quiero.” Más tarde se arrepintió y fue. “¿Cuál de estos dos, les pregunta, hizo la voluntad del padre?”. Le responden: “El postrero.”» Según este grupo de mss., el primer hijo, el mayor, representaría a todas las naciones a las cuales Dios invitó a ir a trabajar en su viña; en principio se mostraron dispuestas a ir, pero después no fueron; en cambio, el segundo, el hijo menor, representaría a Israel que, si bien en un principio se negó a ir a trabajar en la viña, después se lo repensó y fue. Notemos que tanto en la versión del Códice Sinaítico como en la del Vaticano, Israel habría aceptado que se había negado en un principio a ir a trabajar en la viña, pero que habría ido más tarde, después que se lo hubiera repensado. En cambio, según la versión del Códice Beza, Israel habría aceptado la Ley desde el principio, pero habría restado infiel a ella.
[3] Una nueva variante textual interesante: el texto que usualmente leemos, después de comprobar que los recaudadores de tributos y las prostitutas creyeron en Juan Bautista, recrimina a los dirigentes judíos: «Vosotros, sin embargo, al verlo, ni tan solo os habéis arrepentido más tarde hasta creer en él.» En el Códice Beza no hay constancia de la negación, quedando la frase en forma de pregunta: «Vosotros, sin embargo, al verlo, ¿acaso os habéis arrepentido más tarde hasta creer en él?».



