Publicació anterior
Publicació següent

Please install Yoast SEO plugin and enable the breadcrumb option to use this shortcode!

Domingo de Ramos // Mc 11,1-11 Códice Beza

(019 416 729) Mc 11,1-11 Códice Beza

11,1 Cuando se acercaba a Jerosólima y a Betania[a], cerca del Monte de los Olivos, envía Jesús a dos de sus discípulos 2 y les dijo: «Id a la aldea que está enfrente de vosotros[b] y de inmediato al entrar encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado jamás ningún hombre; habiéndolo desatado, traedlo. 3 Y si por ventura alguien os preguntara: “¿Por qué desatáis al pollino?”, decidle que el Señor tiene necesidad de él e inmediatamente os lo enviará de nuevo aquí.”» 4 Fueron y encontraron un pollino atado cerca de la puerta, fuera, en la vía pública, y lo desataron. 5 Y algunos de los que estaban allí les iban diciendo: «¿Qué estáis haciendo desatando el pollino?» 6 Ellos contestaron tal como Jesús les había dicho, y les dejaron hacer.

7 Condujeron el pollino donde estaba Jesús y echaron encima su manto,[c] y él se sienta sobre él. 8 Sin embargo, muchos iban extendiendo sus mantos por el camino; otros, en cambio, cortaban ramaje de los árboles y alfombraban el camino.[d] 9 Y tanto los que conducían la marcha como los que seguían detrás iban gritando diciendo:[e]

«¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»

10 y:

«¡Bendita la realeza que viene de nuestro padre David!

¡Hosanna en las alturas!».[f]

11 Y habiendo entrado en Jerosólima y, en concreto, en el Templo, después de lanzar una mirada a todo el entorno —dado que ya eran horas tardías del día—, salió hacia Betania en compañía de los Doce discípulos.

Dos aclamaciones de los dicípulos bien diferenciadas

Betania era el lugar clandestino donde Jesús se refugiaba cuando subía a Jerusalén con los discípulos, para evitar que lo arrestasen. Por esto —siempre y cuando leamos la perícopa completa— Betania se encuentra al inicio de la entrada de Jesús en Jerusalén y a la salida del Templo. Jesús envía a una representación de sus discípulos para que vayan a la aldea que tienen enfrente, una manera irónica de designar a la ciudad sagrada de Jerusalén, y desaten un pollino que estaba permanentmente «atado junto a la puerta» de la muralla, como símbolo del cese total de la profecía en Israel, «atada» desde que la enunció el profeta Zacarías (Za 9,9). En toda la perícopa no aparecen para nada las multitudes, tan solo «dos de sus discípulos», al principio, y «los Doce discípulos», al final. La comitiva la conforman dos grupos perfectamente diferenciados de discípulos: «los que conducían la marcha» eran la mayoría de los Doce, «los muchos que iban extendiendo sus mantos por el camino» con la clara intención de rendirle homenaje, como hicieron los oficiales de Jehú cuando fué entronizado rey (2Re 9,13), y «los que seguían detrás», el resto de los Doce que habían preparado el pollino poniéndole encima el manto de Jesús, como muy bien precisa el Códice Beza, y «alfombraban el camino con el ramaje que habían cortado de los árboles», sin segundas intenciones. En el texto marcano, estructurado en forma de quiasmo, descubrimos dos aclamaciones de discípulos bien contrastadas: el griterío violento de los que abrían la marcha, después que hubiesen extendido por el camino sus mantos, en señal de homenaje, y la aclamación pacífica de los seguidores auténticos de Jesús que habían puesto encima del pollino el manto de Jesús y habían cortado ramaje de los árboles para alfombrar el camino. Los pacíficos, lo aclamaban como el Siervo de Yahvé: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»; los violentos, como el Mesías davídico: «¡Bendita la realeza que viene de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!». Todos somos libres para apuntarnos a uno u otro cortejo.

Comentario bíblico:
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista


[a] La mayoría de manuscritos leen: «a Betfagé y Betania».

[b] ¡Qué ironía, la del evangelista! La aldea o pequeño poblado que se encontraba enfrentado a ellos ¡no era otra que la ciudad santa de Jerusalén!

[c] Todos los manuscritos, excepto los códices Beza y Sinaítico, leen el plural «y sus mantos», es decir, los mantos de los dos discípulos que Jesús había enviado en representación de los Doce. En cambio, según los códices Beza y Sinaítico, echaron encima del pollino «su manto», es decir, el manto de Jesús, para que él se sentara sobre el pollino así engalanado, a manera de sitial de la realeza.

[d] El texto usualmente editado (códices Vaticano, Sinaítico, Alejandrino y algunos mayúsculos) lo simplifican: «otros, en cambio, cortando ramaje de los campos».

[e] La mayoría de editores, traductores y comentaristas lo consideran como un grito unánime proferido por los que van delante y detrás de Jesús, cuando en la mente del evangelista se diferencian netamente dos gritos contrapuestos. Conforme a las leyes del quiasmo, empleado frecuentemente por el evangelista, se entrecruzan dos griteríos antagónicos: el grito de «los que conducen la marcha» real, con la carroza representada por el pollino engalanado con el manto de Jesús y montado por él, era el griterío de los discípulos violentos, de los «muchos que habían extendido sus mantos por el camino» y que proclamaban su entrada en Jerusalén como rey de Israel descendiente de David, con la típica aclamación mesiánica «¡Hosanna!»; en cambio, la aclamación de «los que le seguían detrás» era la aclamación del resto de seguidores que «habían cortadoramajede los árboles y alfombraban el camino», aclamándolo sencillamente como el enviado en nombre de Dios.

[f] En toda esta comitiva no se nombra pera nada a las multitudes: todos son discípulos de Jesús, pero de mentalidad muy diferente y enfrentada, como se constata en la continuación del pasaje marcano que se debería haber leído este domingo: «Y habiendo entrado en Jerosólima y, en concreto, en el Templo, después de lanzar una mirada a todo el entorno —dado que ya eran horas tardías del día—, salió hacia Betania en compañía de los Doce discípulos.»               

Descargar

SUSCRIBIRSE A NUESTRO BOLETÍN

Recibe en tu correo electrónico todas nuestras actualizaciones

© 2023 |  Todos los derechos reservadoss – El Evangeli Actualizado según el Códice Beza – Una web de Edimurtra