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Domingo v de Cuaresma // Jn 12,20-33 Códice Beza

Foto de Sergio Camalich en Unsplash

(018 415 728) Jn 12,20-33 Códice Beza

12,20 Había también[a]ciertos griegos entre los que habían subido para adorar con motivo de la fiesta. 21 Estos, pues, fueron a buscar a Felipe[b], el de Betsaida de Galilea, y le pidieron diciendo: «Señor, queremos ver a Jesús.» 22 Va Felipe y se lo dice a Andrés; a su vez, Andrés[c] y Felipe se lo dicen a Jesús. 23 Jesús les respondió diciendo: «Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre sea glorificado. 24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo, cuando cae en tierra, no muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que desestima su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga, y allí donde Yo soy, también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.

27 Ahora mi vida se ha turbado, y qué voy a decir ¿Padre, sálvame de esta hora? Pero, si por eso he venido a esta hora. 28 Padre, glorifica tu Nombre con la gloria que tenía a tu lado antes de que se formara el mundo.[d]» Y resonó una voz desde el cielo diciendo: «Te he glorificado y de nuevo te glorificaré.» 29 La multitud que estaba allí, al oírlo, iba diciendo: «¡Se ha producido un trueno!»[e]; otros decían: «Un ángel le ha hablado.» 30 Respondió Jesús y dijo: «Esta voz no ha venido por mí sino por vosotros. 31 Ahora es el juicio del mundo, ahora el príncipe de este mundo será lanzado fuera. 32 Y yo, cuando sea levantado desde la tierra, lo atraeré todo hacia mí.» 33 (Decía esto indicando de qué muerte había de morir.)[f]

Unos paganos han subido a adorar por la Fiesta de Pascua

Entre los miles y miles de peregrinos que subían a Jerusalén por la fiesta de Pascua, Juan destaca que «había también ciertos griegos»: representan a un grupo de paganos de habla griega que, conscientes de que había irrumpido la era mesiánica, han ido también ellos a Jerusalén para adorar a Dios en el Templo, como habían predicho los Profetas que tendría lugar al fin de los tiempos. Es muy significativo que vayan a buscar a Felipe, y que este lo comunique a Andrés (ambos nombres son griegos). Felipe y Andrés representan, a su vez, el sector más abierto de los discípulos de Jesús. Cuando se lo comunican, Jesús exclamó: «Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo, cuando cae en la tierra, no muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto»: sabe que su vida está en peligro y, por las experiencias vividas, que la suya será una muerte violenta, pero los frutos que producirá serán muy abundantes. Jesús habla en representación de la humanidad sufriente, en su calidad de «Hijo del hombre», y es consciente de que será «glorificado» cuando sea «levantado desde la tierra», una clara alusión a su muerte en cruz; pero también tiene plena conciencia de su filiación divina que quiere compartir con sus seguidores: «Si alguno me sirve, que me siga, y allí donde Yo soy, también ahí estará el que me sirve», identificándose con el nombre impronunciable de Dios, «Yo soy», y pidiéndole confiadamente: «Padre, glorifica tu nombre con la gloria que tenía junto a ti antes de que se formase el mundo.» La Voz que resuena desde el cielo lo certifica: «Te he glorificado y de nuevo te glorificaré.» Los griegos allí presentes han hecho una fortísima experiencia, pero son incapaces de interpretarla («un trueno», «un ángel»). Jesús aclara el sentido y la amplitud: «Esta voz no ha venido por mí sino por vosotros.» Su muerte violenta supondrá «el juicio del mundo», momento en que «el príncipe de este mundo será lanzado fuera», un juicio que se va actualizando en nuestro presente.

Comentario bíblico:
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista


[a] Tan solo los códices Beza y Corideti conservan este adverbio, no registrado en les ediciones críticas modernas, un adverbio que recalca que, entre los que subían a Jerusalén con motivo de la fiesta, había también «ciertos griegos», una manera de designar a un grupo de paganos que habían subido a adorar por la Pascua en el Templo de Jerusalén.

[b] El artículo antepuesto al nombre de Felipe, conservado tan solo por los códices Beza y Washingtoniano, indica que Felipe, a quien acuden estos paganos, ya les era bien conocido. De hecho, Betsaida de Galilea era una ciudad fronteriza con el mundo pagano.

[c] El artículo antepuesto al nombre de Andrés y no delante del nombre de Felipe indica que Andrés y Felipe forman una comunidad bien trabada. Además, al precisar antes a su turno pone en estrecha relación lo que ha hecho Felipe con lo que harán estos dos, encadenando estos dos momentos.

[d] El v. 28b tan solo figura en el códice Beza. El mismo escritor lo utilizará en una ulterior edición en Jn 17,5: «Y ahora, glorifícame tu, Padre, junto a ti con la gloria que tenía a tu lado antes de que se formase el mundo.» La larga oración de Jesús del cap. 17 repite muchos temas que el mismo escritor ya había apuntado anteriormente.

[e] El texto usual lo pone en discurso indirecto, perdiendo así mucha fuerza: «iban diciendo que se había oído un trueno».

[f] Glosa añadida posteriormente.

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