
(030 427 740) Mc 3,20-35 Códice Beza
3,20 Entran[a] en casa y la multitud se reúne de nuevo hasta el punto de no poder ellos ni siquiera panes comer.[b] 21 Cuando los letrados y los otros dirigentes oyeron hablar de él,[c] salieron para arrestarlo, ya que decían que los había sacado fuera de sí.[d]
22 En esto los letrados que habían bajado de Jerosólima iban diciendo que «¡Está poseído por Belcebú!» y que: «¡Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios!». 23 Habiéndolos convocado, usando comparaciones el Señor Jesús[e] les iba diciendo: «¿Cómo puede ser que Satanás haya expulsado a Satanás?; 24 y si un reino se divide internamente, no puede mantenerse en pie el reino aquel; 25 y si una comunidad se divide internamente, no puede la comunidad aquella permanecer en pie. 26 Si, pues, Satanás expulsa a Satanás, ha quedado dividido internamente,[f] no puede mantenerse en pie su reino; al contrario, le ha llegado el fin.[g] 27 Nadie puede arrebatar los bienes del poderoso, habiendo entrado en su comunidad, si primero no ha atado al poderoso; entonces ya puede saquear su comunidad.
28 En verdad os digo que todo se les perdonará a los hijos de la humanidad, las ofensas y blasfemias, todo lo que hayan proferido blasfemando; 29 pero si alguno, sea quien sea, blasfema contra el Espíritu Sano, no tiene perdón; al contrario, será culpable de un delito permanente.» 30 Es que iban diciendo que estaba poseído per un espíritu inmundo.
31 Llegó entonces su madre y sus hermanos y, desde fuera, envían unos mensajeros para que lo hagan venir. 32 Estaba él sentado junto a la multitud cuando llegan y le dicen: «He aquí que tu madre y tus hermanos y tus hermanas están aquí fuera y te buscan.» 33 Les respondió diciendo: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?». 34 Entonces, habiendo paseado su mirada por los que estaban sentados en corro, dice: «He aquí mi madre y mis hermanos, 35 porque cualquiera que realice el designio de Dios, éste es hermano mío y hermana y madre.»
¿Fueron los parientes de Jesús los que decíanque estaba fuera de sí?
Una variante del Códice Beza (texto en cursiva), avalada per todas las antiguas versiones latinas (Ítala), muy anteriores a la Vulgata de Jerónimo, no permite interpretar Mc 3,20 en un tono tan negativo como encontramos en el texto usual referido a los familiares de Jesús: «Cuando lo oyeron sus parientes, salieron con la intención de detenerlo (lit. «arrestarlo»), ya que decían que estaba fuera de sí.» Según Beza, en cambio, «los letrados y los restantes» dirigentes judíos, al enterarse de que Jesús, con la elección de los Doce (3,13-19), había desafiado a la institución religiosa de Jerusalén, bajaron a Galilea «para arrestarlo, ya que decían que los había sacado fuera de sí».
No tiene nada de extraño que, en la continuación del texto, los letrados llegados de Jerusalén vayan propalando que «estaba poseído por Belcebú». Los letrados, los teólogos del tiempo de Jesús, le han tildado de actuar poseído por el demonio: «¡Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios!». En su réplica, Jesús pone en el mismo nivel las divisiones internas que se producen en el interior de un reino, de una comunidad o del mismo Satanás, y concluye: «Si, pues, satanás expulsa a Satanás, ha quedado dividido internamente, no puede mantenerse en pie su reino; al contrario, le ha llegado el fin.» La manera de argumentar de los letrados es de por si «una blasfemia contra el Espíritu Santo», ya que han usado del nombre y de la fuerza de Dios para desacreditarlo.
A continuación, en otro campo, el evangelista refiere la reacción de los familiares cercanos a Jesús a la elección de los Doce que él acababa de hacer con vistas a Israel. Muestran su profundo desacuerdo, situándose ostentosamente «fuera» de la casa donde él estaba enseñando a la multitud (3,20.32) y haciéndolo llamar: «He aquí que tu madre, tus hermanos y tus hermanas están aquí fuera y te buscan.» Jesús no se deja intimidar: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?… Cualquiera que realice el designio de Dios, este es hermano mío y hermana y madre.»
Comentario bíblico:
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista
[a] «Y entran en casa», Beza; «Y llegan a casa», Alejandrino y el palimpsesto reescrito de Efrén, entre muchos otros; «Y llega a casa», Vaticano, Sinaítico y Washingtoniano, y algunos otros. En el primer caso, quienes toman la iniciativa de entrar en la «casa», sin articulo en casi todos los manuscritos, son los Doce que Jesús acaba de elegir, y esta «casa» no es otra que la casa de Israel. En el segundo caso, no se dice que «entran» sino que «llegan» ahí, con connotaciones parecidas. En el tercer caso, se dice en singular que es Jesús quien «llega» ahí. El Códice Beza es el único que conserva el tenor original del pasaje: apenas elegidos, los Doce se presentan en la casa de Israel de la cual ellos pretenden tener la representación. «La multitud», con articulo, es la que antes había acudido a Jesús procedentes de Galilea, de Judea, de Jerusalén, de Idumea y del otro lado del Jordán (3,7-8).
[b] «de no poder ellos ni tan solo comer pan», Vaticano, Sinaítico y el resto, refiriéndose a los Doce y subrayando el hecho de «comer»; «de no poder ni tan solo panes comer», Beza, englobándolos todos, Jesús exclusive, con el acento puesto sobre los «panes», la enseñanza que Jesús les quería impartir.
[c] Del contexto anterior (Mc 3,13-19) se deduce que los dirigentes judíos se habían alarmado cuando llegaron noticias a sus oídos de que Jesús había elegido Doce líderes para que representasen a las doce tribus de Israel y, decididos a evitarlo, habían bajado de Jerusalén para arrestarlo, a fin de arrancar de raíz que llevara a término su arriesgado proyecto. El Códice Vaticano, en cambio, y el resto de manuscritos leen por el contrario: «Cuando lo oyeron sus parientes», reduciéndolo a una cuestión familiar, conscientes de que Jesús, con la elección de los Doce, había perdido la razón, «salieron para detenerlo, ya que decían que estaba fuera de sí» o que les volvía locos con su decisión.
[d] Según el texto usual, fueron los parientes de Jesús los que iban diciendo que «estaba fuera de sí»; según, el Códice Beza, en cambio, son los letrados y los otros dirigentes judíos los que iban propalando que «los había sacado fuera de sí».
[e] Según el Vaticano y la mayoría de manuscritos no se explicita que sea Jesús quien los convocó y quien replicó a los insultos de los letrados. No era necesario explicitarlo. Algunos manuscritos importantes, entre ellos el Coridethi, explicitan el nombre con el artículo, «ese Jesús», confiriéndoles mucho énfasis. Beza, y solo él conserva una lección muy singular, «el Señor Jesús». Se trata claramente de un título que se aplicó al Señor Jesús resucitado: Mc 16,19 (conclusión larga!); Lc 24,3 (om. D it); Hch 1,21; 4,33; 7,59 (en boca de Esteban); 8,16; 11,17.20; 15,11; 16,31; 19,5.13.17; 20,21.24.35; 21,13; 28,31. Marcos-Beza contrapone la «señoría» de Jesús a la pretendida señoria de «el príncipe de los demonios, Beelzebul».
[f] kai ean ho Satanas Satanan ekballei memeristai eph’heauton D: en el preciso momento en que Satanás haya expulsado Satanás —recalca Jesús-Beza—, ha quedado definitivamente dividido (fuerza del perfecto griego) contra si mismo, és decir, internamente, cosa que se habría producido si Jesús hubiese expulsado los dimonios con el poder de Satanás, como pretendían los letrados.
[g] Tan solo Beza retiene el artículo to telos, «su fin», i no el fin en general. De momento todavía seguirá actuando a través de los poseídos por sus ideologías destructivas.



