
(668 512) Mt 4,12-23 Códice Beza
4,12Al enterarse que Juan había sido detenido, Jesús se retiró a Galilea. 13 Dejó Nazaret y se estableció en Cafarnaúm, la que se encuentra a la orilla del mar, en territorio de Zabulón y Neftalí, 14 a fin de que se cumpliese lo que había dicho el profeta Isaías: 15 «Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea de los paganos, 16 el pueblo que vivía en la tiniebla ha visto una gran luz; a los que vivían en un paraje de tenebrosa muerte, les ha aparecido al amanecer una gran luz.» 17 Desde entonces, en efecto, comenzó Jesús a predicar; decía: «¡Convertíos!, porque el Reino de los cielos está cerca.»
18Al pasar[1] junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, a quien llaman Pedro, y Andrés, su hermano, que echaban una red circular en el mar. Es que eran pescadores. 19Se acerca y les dice: «Venid detrás de mí y haré que vosotros lleguéis a ser[2] pescadores de personas.» 20 Ellos inmediatamente dejaron las redes y le siguieron.
21Adelantándose un poco vio a otros dos hermanos, Santiago, el hijo del Zebedeo, y Juan, su hermano, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, repasando las redes, y les llamó. 22Ellos inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y le siguieron.
23 Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando la buena noticia del Reino, curando entre el pueblo todo tipo de enfermedades y toda clase de penurias.
El pueblo que vivía en la tiniebla ha visto una gran luz
Jesús se había retirado a Galilea, a su pueblo natal, Nazaret, después de la experiencia transcendental que había hecho en el Jordán de ser precisamente él el Mesías de Israel. Había hablado largamente de ello con Juan Bautista. Pero, al enterarse de que éste había sido detenido, comprendió que había llegado el momento de iniciar su misión. Jesús la inicia con una exhortación a la gente para que cambien de mentalidad: «¡Convertíos!, porque el Reino de los cielos está cerca», exactamente la misma exhortación que había hecho el Bautista en el desierto (Mt 3,2). Habiendo dejado Nazaret, se establece en Cafarnaúm, ciudad que Mateo designa como «la que se encuentra a la orilla del mar», donde «el mar», que mencionará aún tres veces más («camino del mar», «junto al mar de Galilea» y «echaban una red circular en el mar»), indica el éxodo que, a la larga, se verán forzados todos ellos a emprender hacia el paganismo (de aquí la mención de «Galilea de los paganos»). De inmediato pasa a la acción. Las dos comunidades de seguidores que constituirá serán ambas de «pescadores», diletantes, unos, Andrés y Simón Pedro, y profesionales, los otros, dotados de una barca y de un padre patrón, Santiago y Juan, hijos «del Zebedeo», persona bien conocida. Jesús aprovechará sus cualidades de reclutadores de gente, a pequeña o a gran escala, y se propone invertir la situación haciendo que «lleguen a ser pescadores de personas». Simón y Andrés, al oír la llamada de Jesús: «Venid detrás de mí y haré que vosotros lleguéis a ser pescadores de personas», han dejado inmediatamente las artes de reclutar gente y se han puesto a seguirlo; los otros dos, «que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, repasando las redes», al oír la llamada de Jesús, «inmediatamente dejaron la barca y a su padre, y le siguieron»; las redes se han quedado a bordo, con los asalariados (Mc 1,10). Jesús se pondrá a «recorrer la entera Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos», no sin tomar una cierta distancia, «y predicando la buena noticia del Reino».
Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista
[1] En lugar del verbo empleado por el Códice Beza, avalado por las antiguas versiones latinas y siríacas, «al pasar junto a», recalcado a continuación con la misma preposición del verbo compuesto, «al pasar junto al mar», todos los otros manuscritos leen: «paseándose junto al mar». Mateo quiere remarcar la identificación con el éxodo que tendrán que hacer atravesando el mar. Tanto los tres Sinópticos como Juan hablan siempre del «Mar de Galilea», evocando así el paso del Mar Rojo.
[2] El Códice Beza conserva el verbo «llegar a ser»: «haré que vosotros lleguéis a ser pescadores de personas», marcando así un largo y laborioso proceso de cambio; el texto usual dice simplemente: «os haré pescadores de personas».





