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Mt 5,1-12

(669 513) Mt. 5,1-12 Códice Beza. El Leccionario litúrgico propone leer hasta el v. 12a

5,1Al ver las multitudes, subió a la montaña y, habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos. 2 y tomando la palabra, les enseñó diciendo:

3 «Bienaventurados los pobres por una opción personal,[a] porque de ellos es el Reino de los cielos.

5 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredaran la tierra.

4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia.

8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

9 Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios.

10Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos será el Reino de los cielos.

11 Bienaventurados seréis cuando os persigan, os injurien y digan contra vosotros toda clase de maldades por causa de la justicia.[b]

12a Alegraos y saltad de alegría, porque vuestra recompensa será grande en el cielo; 12b así también persiguieron a los profetas que existieron antes que vosotros.»

Las Bienaventuranzas, la lección magistral que impartió Jesús a los dicípulos

Mateo escenifica las Bienaventuranzas en la misma montaña del Sinaí dónde Dios  promulgo la Ley, pero con cambios muy notables: mientras que «las multitudes», en representación del pueblo de Israel, permanecen al pie de «la montaña», Jesús no sube el solo, como Moisés, sino acompañado de sus discípulos; en lugar de los diez Mandamientos con los que Dios  promulgó la Ley, Jesús hace pública su enseñanza a base de ocho Bienaventuranzas: del Decálogo judío hemos pasado al ’Octavo cristiano; del sábado judío, cuando Dios reposó, hemos pasado al primer día laboral en que Dios, según da testimonio Jesús, continua trabajando y él también trabaja  (ver Jn 5,17). Las cuatro primeras Bienaventuranzas describen todas las situaciones de pobreza, violencia, desolación e injusticia que afrontan los que han hecho libremente una opción por la pobreza, han optado por la no violencia, han hecho duelo por las víctimas de guerras y atentados suicidas, por quienes se ahogan en las pateras o mueren de frio en peregrinajes sin rumbo, y no han dejado nunca de denunciarlo delante de la pasividad de los nuestros políticos y gobernantes. Las cuatro siguientes dejan al albur la recompensa que esta multitud de voluntarios y de servidores tendrán en el Reino de Dios que ellos/as mismos están edificando: disfrutaran de la cualidad con la que Dios mismo se define, misericordioso y benigno, le «verán» cara a cara, serán contados entre los «hijos de Dios» que el continuamente está engendrando, formaran parte del «Reino de los cielos», donde tendrán parte todas las civilizaciones que vayan superando las poderosas ligaduras con las que la selección natural intenta empoderarse , en vano, del Proyecto universal de Dios válido para todas las culturas que han desaparecido ya, existan en el presente o se formaran en el futuro en el espacio inmenso de nuestro universo. La sintonía del Espíritu de las Bienaventuranzas une a todas las personas libres, sin ningún tipo de atadura ni de intermediarios, y las relaciona entre ellas fuera del espacio y del tiempo.

Josep Rius-Camps
Teólogo y biblista


[a] La frase en griega hoi ptôchoi tô pneumati es de difícil interpretación, y aún más si se presenta sin artículo en el Codex Beza, hoi ptôchoi pneumati. El articulo haría referencia al «espíritu» personal de estos «pobres», «los pobres en el espíritu» (BSI); la falta de art., «los pobres en espíritu», en cambio, indicaría que no se trata de los pobres habituales, físicamente pobres, sino de individuos que han hecho «una opción personal» por la pobreza evangélica. Encontramos una expresión semejante en Ac 15,7 D, también únicamente en el Códice Beza, «se levantó Pedro en espíritu», indicando que no estaba presente físicamente (había abdicado de la presidencia en la Iglesia de Jerusalén cuando Jaime, el hermano del Señor, ya había tomado las riendas: Ac 12,17), sino espiritualmente, con la fuerza de su testimonio a favor de los paganos.

[b] El texto usual lee: «Digan todo tipo de maldad contra vosotros por mi causa.» Beza insiste (por tercera vez) en el tema clave de «la justicia» que se han saltado olímpicamente las autoridades políticas y religiosas.

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